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viernes, 25 de noviembre de 2011

Otros factores a tener en cuenta por los padres principalmente cuando sus hijos usan la alberca.

 Las numerosas personas que están nadando en una piscina pública comparten su agua, por una persona con diarrea puede contaminar fácilmente el agua de la piscina con materia fecal. Una vez contaminada el agua de la piscina el contagio de otras personas se produce por su ingestión. 
Es cierto que el cloro añadido al agua suele eliminar los gérmenes que allí se depositan, como consecuencia de la contaminación por un bañista. No obstante (advierte el CDC), la acción del cloro necesita su tiempo, no es inmediata. 

Para evitar que una piscina pública se contamine y se convierta en foco de contagio de infecciones gastrointestinales agudas, el CDC ha editado una hoja en la que se recogen 6 recomendaciones básicas divididas en dos grupos: 

Tres recomendaciones para todos los que usen las piscinas públicas. 

(Si sigue estos consejos evitará que los gérmenes causantes de estas infecciones gastrointestinales contaminen la piscina y contagien a otras personas)

1- No se lance a la piscina cuando tenga diarrea (esto es especialmente importante para los niños pequeños con pañales); puede propagar gérmenes en el agua y contagiar y enfermar a otras personas. 

2- No trague el agua de la piscina. Más aún, trate de evitar que el agua entre en su boca. 
Tres recomendaciones para los padres de niños pequeños
1- Lleve a los niños al cuarto de baño y revise sus pañales con frecuencia. No espere a escuchar "tengo pipí", porque entonces quizá sea demasiado tarde. 

2- Debe cambiar los pañales en un cuarto de baño y no junto a la piscina. Los gérmenes pueden contaminar superficies y objetos junto a la piscina y contagiar a otras personas.


3- Lave bien a su hijo con agua y jabón antes de introducirlo en el agua de la piscina. Todas las personas tienen cantidades invisibles de materia fecal alrededor del ano, que luego puede acabar en el agua de la piscina.